jueves, 27 de diciembre de 2012

Después del Maratón

A poco más de una semana de haber realizado mi primer Maratón, me siento muy bien. Descansé toda una semana, algunos dolores fueron menguando, pero otro fueron apareciendo en el transcurso de la primera semana. Sin embargo, los dolores no importaron, la satisfacción de haber terminado fue suficiente para disfrutar cada día, con dolor o sin dolor. Ocho días después de reposo, comencé a correr un poco, fueron únicamente 5Kms y medio, sentía que podía dar más, pero sabía que tenía que ir incrementando poco a poco, así que me detuve y agradecí a la vida y a Dios que nuevamente estaba en las calles después de la experiencia agotadora de un Maratón. Al día siguiente hice 7Kms y puede sentir como nuevamente las piernas estaban comenzando a agarrar su propio ritmo. Durante el entrenamiento, a lo lejos, aparecen ciertos dolores que me aquejaron durante el Maratón, nada de que alarmarme, pero por momentos estaban presentes. Y hoy, después de un día de descando alcancé los 9kms, me sentí muy bien, tanto físico, emocional y espiritualmente. Fue un buen entrenamiento, puedo percibir que al entrar el año haré una carrera larga de entrenamiento y será el regreso definitivo después del Maratón. En medio de las ricas comidas de la temporada me he podido disciplinar en cuidar la alimentación, por supuesto que no me quedo con hambre, eso jamás, pero si tengo que tener cuidado de ciertas cosas. Ante el nuevo año que se avecina ya estoy pensando cuáles serán las metas que quiero lograr para el 2013, algunas ya aparecen en la mente, el día 31 las expreseré por esta vía. Agradezco a Dios esta bella oportunidad de correr, se ha convertido en algo muy importante en mi vida, no es una locura, es una pasión.

martes, 18 de diciembre de 2012

Mi Primer Maratón 2012

Después de cuatros Medios Maratones, me presentó ante un Maratón, 42 kilómetros con 195 metros.  Todas la ansiedad, nerviosismo y emoción llegaban al inicio de la prueba.

Maratón Gobernador en Mexicali 2012

La sola experiencia de estar ante la oportunidad de correr un Maratón ya era muy emocionante. Llegué, a la cita, con una hora de anticipación. Comenzaba el tiempo de ver llegar a muchos corredores y el calentamiento necesario. El clima era un poco frío.

La meta era terminar sin importar el tiempo y la estrategia era sencilla, correr los primeros 30kms a un promedio de 6:30 o 7:00 minutos por kilómetro. Comenzó la carrera, todo el tiempo esperado estaba dando sus primeros frutos. Mantuve la estrategia desde un principio, pude darme cuenta que muchos corredores y corredoras llevaban un paso más lento, eso me animó, también otros un poco más rápido, a los cuales ignoré. En los primeros 10 kms lo pasé en una hora con 3 minutos, estaba en buen tiempo. El cuerpo estaba en óptimas condiciones, la siguiente meta era llegar a los 20kms. Llegamos con un tiempo de dos horas y quince minutos, todo estaba como se había planeado, a estas alturas el sol de Mexicali se podía sentir un poco intenso. Ahora la meta era llegar a los 30kms cosa que logramos con un ritmo más lento, ya las piernas comenzaban a sentir los estragos de la carrera. Al pasar el km 30 la pierna derecha comenzaba a dar indicios de calambres y un dolor en la rodilla, lo cual se fue intensificando, me hizo bajar el ritmo considerablemente, estaba anclado con una chica de Tijuana, la cual estaba enfrentando la misma situación. Lo que no queríamos hacer es caminar, sin embargo el dolor en la pierna se intensificaba. A partir del km 32 comencé a caminar un poco y correr otro poco, me di cuenta que necesitaba una estrategia, dije: camina 1km y correr otro km. Bien, comencé a hacerlo, y debo decir que al caminar una ampolla me salió en un dedo de la pierna derecha (para variar), el dolor se convirtió por momentos un verdadero tormento, comencé a pensar que no terminaría el Maratón. Al comenzar a correr en el km 36, ¡ME DESPLOMÉ! y dije: ¡Aquí se acabó todo!  Me subí al camellón, me tiré en el pasto y comencé a llorar, no sabía por qué lloraba, pero estaba llorando, mi hijo me alentaba, fue un momento crítico. Un minuto a más tarde, pasó una chica, después supe que se llamaba Laura, con su equipo de ayuda y ellos me gritaron: ¡Vamos, falta poco, no te detengas! Palabras que hicieron levantarme, dejar todo mi equipo de bolsa, celular y audífonos a mi hijo, y así, comenzar de muevo a correr, solo faltaban 8kms. Corriendo y caminado pude avanzar 8kms, el dolor era muy intenso, la pierna ya no daba para más, pero esa sensación de estar llegando y pasar el km 40 es algo que no puedo describir, es algo único, lágrimas volvían aparecer, pero ahora sabía que terminaría. Km 41, solo faltaba 1km, la meta no se podía ver, pero se podía oler. La sensación de triunfo, si es que esta existe, estaba en mi mente, 200 metros antes de llagar, la Meta estaba frente a mí. Solo pude decir: ¡Gracias Dios, lo logré!  Aquellos que me dieron ánimo entraban unos segundos delante de mí. Gracias a ellos yo estaba terminando. Busqué a mi hijo, lo abracé y me puse a llorar. ¡UNA EXPERIENCIA ÚNICA!

Pude sentir la adrenalina, el dolor, el sufrimiento y la victoria en todo su esplendor. Por supuesto que correré otro Maratón, tengo que trabajar muy duro en eso, por el momento, solo quiero disfrutar esta victoria, que es mía y solo mía.

Al terminar cometí un error muy grande, me fui y me tiré en el pasto, no lo hubiera hecho, pasé dos horas tirado con unos calambres, donde algunos de ellos me hicieron gritar, muy dolorosos.  La tarde fue con mucho dolor en las piernas, tardaré algunos días en recuperarme, pero ya estoy pensando cuándo volveré a salir a correr por las calles de mi ciudad.

Aprendí, y no por que no lo supiera, sino que esta vez lo viví en carne propia, que para alcanzar una meta se tiene que sufrir y llorar algunas veces, en otras se requiere la ayuda de un amigo, que con una palabra te alienta y te despiertas. Le debo mucho a Laura (559) y su equipo, durante el trayecto no dejaron de animarla a ella y a los que estábamos a la par de ella. No se de dónde son ni quiénes son, solo se que fueron parte de mi entrada a la Meta, desde aquí y con sencillez les doy las gracias.

Gracias a todos los que han estado y están apoyándome de cerca y la distancia.

Algunos fotos tomadas por mi hijo, las cuales son de los Km 36 al final.








Mi hijo Asaf (Gracias por estar conmigo amigo)









¡Ella es Laura!






UN VIDEO DE LA LLEGADA A LA META




       

lunes, 14 de mayo de 2012

¡Una vez más!


13 de mayo del 2012

Transcurrieron siete meses desde el primer Medio Maratón que realicé en la ciudad de Rosarito, Baja California, al día de ayer que volví a correr el Medio Maratón, ahora en mi ciudad de Ensenada, Baja California. Los sueños no se esfumaron, al contrario, se agigantaron ante nuevos retos. En Rosarito, y por vez primera en mi vida, corrí un Medio Maratón en dos horas catorce minutos. De ahí en adelante comencé a soñar mi nuevo tiempo en un Medio Maratón, visualicé hacer máximo dos horas, sin embargo, aparentemente no conseguí la meta, ya que hora hice dos horas ocho minutos, sin embargo, me siento muy entusiasmado por un nuevo tiempo en mi haber deportivo.

    ¡Estoy feliz! No puedo negarlo, han sido meses, semanas, días de mucha disciplina, de levantarse temprano, de cuidar las comidas, pero sobre todo, los excesos culinarios, los dolores que surgen en la piernas y las posibles lesiones que pueden ocurrir por falta de cuidado. En fin, todos esos avatares fueron sorteados y pude correr un Medio Maratón nuevamente, con un tiempo mejor que el anterior, eso me hace estar feliz.

Las semanas pasaban y el tiempo se acercaba, dos semanas antes pude lograr la inscripción al citado evento, tenía en mis manos el número 206, ya me sentía corriendo desde el momento que obtuve en ese número. Mantuve mi entrenamiento, reconociendo que requiero mayor control del mismo, como cada semana, el mismo ritmo, cuatro o cincos días a la semana recorriendo las diferentes calles de mi ciudad, un promedio, por salida, entre once y catorce kilómetros, con una carrera larga cada mes o cada tres semanas. Disfruto cada día que salgo a correr, mi mente y cuerpo se limpian de un sinfín de toxinas, es toda una aventura.
 
    Por fin, el día llegó, la hora de la salida era a las ocho de la mañana, por lo tanto, comencé mi “ritual” a las cinco de la mañana. Mi ropa estaba alistada desde la noche anterior, no fue problema vestirse rápidamente. Con poca luz en la ciudad salí de casa a las seis de la mañana, contento y con una gran expectativa, quería gritarles a todos a donde iba, quería decirles: ¡Voy a correr un Medio Maratón! Pero, era domingo, poca gente en la calle en esos momentos, aunque yo vía multitudes. En el camino a Playa Hermosa, lugar de Salida y Meta del Medio Maratón, fui hidratándome y comiendo un rico plátano. Llegué un poco antes de las siete de la mañana, poca gente, pero ya algunos corredores listos para la justa. Pude encontrarme con tres personas, dos hombres y una mujer de Kenia, envidiaba sus cuerpos, cuándo les pregunte de dónde venían, me dijeron con voz ronca; ¡De África! Al rato, ya los podía ver corriendo por la calle principal entrenando y calentando sus cuerpos, impresionan cuando uno los ve.


  
    La hora de la salida llegó, tres minutos antes de las ocho de la mañana ya estábamos listos, cientos de corredores, para comenzar la justa y empezar a divertirnos, sí, esto es una diversión. Corredores y corredoras de todos los colores y sabores puede uno ver, es toda una fiesta deportiva. Estaba concentrado y agradeciendo, nuevamente a Dios, esa libertad que me dio para disfrutar esos momentos. Hasta el momento sigo sin creer el giro que dio mi vida, en cuanto lo deportivo se refiere. Se oyó la voz: ¡Vamos! Y la aventura comenzó.

No se cómo explicarlo, pero en los primeros kilómetros, uno sabe hasta dónde va a llegar, se siente en las piernas, en el cuerpo, pero sobretodo en la mente. La gente sale como si se le fuera el tren, como locos y muy rápidos, yo aprendí una vez, que eso no se hace, uno tiene que salir con calma, con su propio ritmo y su propia meta. Así me fui bien durante los primeros once kilómetros, donde llevaba exactamente una hora de tiempo, me sentí bien, era un buen tiempo para mí. A mucha gente ya había dejado atrás y sentía que estaba a un buen ritmo, pero llegaron las tres cuestas, las cuales ya he recorrido por lo menos tres veces en mis entrenamientos, ahora las divisaba como una subida a La Rumorosa, eran enormes y muy empinadas, seguro que era una ilusión óptica. Baje el ritmo y me adentré en ellas, disfrutando como podía, en medio de la subida, pasar y dejar gente atrás. Llegué al kilómetro catorce, miré el tiempo, ahora estaba un poco atrasado, mi tiempo en esa distancia es de una hora trece minutos, en esos momentos llevaba una hora veinte minutos, no eran buenas noticias para mí. Faltaba un kilómetro de cuesta y comenzaba a sentir un poco los estragos de ella. Por fin, vino la bajada, mis piernas se aligeraron y se destensaron, estaba feliz, gente se fue quedando atrás, mientras abría la zancada y la intensidad, pero, al llegar al kilómetro dieciocho, tres antes de la meta, mis piernas empezaron a decirme: ¡Ya no podemos!, quería callarlas, decirles que era no tiempo para hacerse las chistosas, era el tiempo de recordar todos esos tiempos de lucha por las calles, pero no, ellas ya no querían seguir. Mi mente dijo, pues ahora terminas, no te detienes, baja un poco el ritmo, pero vas a llegar a la meta. Faltaba un kilómetro y las piernas ya estaban llorando, no podían más. Medio kilómetro atrás pude divisar la meta, mi mente y cuerpo se refrescaron al verla, sacando fuerzas de los más profundo de mi orgullo, alargué la zancada y la intensidad, quería llegar, mis ojos solo veían la Meta, al fin, pude ver la línea y el reloj que marcaba 2 horas, 7 minutos y 55 segundos, y al momento de cruzar, 2 horas 8 minutos. ¡Terminé! Estaba exhausto, las piernas me dijeron, Gracias, yo les dije, ya ven como sí se podía. ¡Estaba Feliz! 


Linda experiencia, mucha camarería y apoyo por parte de todos los corredores y corredoras. Vaya una felicitación para todos y todas quienes corrieron, juntamente conmigo, este Medio Maratón de Ensenada.

Lecciones aprendidas:

1. No subestimes las cuestas, por más que ya las hayas recorrido con anterioridad.
2. Guarda tus fuerzas para la segunda parte de la carrera.
3. Correr es una aventura divertida.

Agradecimientos

Agradezco a Dios por que puedo vivir este tipo de experiencias. Agradezco a todos mis amigos y amigas de todo México y algunos en el extranjero, por su apoyo constante en mi recorrido, por sus palabras de aliento, y me siento muy contento cuando oigo que han comenzado a correr, gracias amigos y amigas. Agradezco a mis hijos que desde lejos me ven cada mañana salir de la casa para irme a correr, porque tienen que soportar que mi tema favorito con la gente es acerca de las carreras, gracias hijos por ser pacientes conmigo, les amo. Y agradezco a mi esposa, que también cada mañana me observa en silencio levantarme y vestirme para irme a correr. Gracias a ella que desde tiempo atrás me pedía que bajara de peso, y yo hacía caso omiso. Gracias a ella por su paciencia en estos menesteres. Un día correremos juntos, es mi sueño. Este Medio Maratón se lo dediqué a ella.

Mis Metas Próximas:

Julio: Medio Maratón de la ciudad de Tijuana, Baja California
Octubre: Medio Maratón de Rosarito, Baja California
Diciembre: ¡Maratón Gobernador! En Mexicali, Baja California.

PD. Mañana martes comenzamos de nuevo a salir a las calles a correr … ¿gustas?